- Veterinario.
En cuanto el perro entre en casa por primera vez, haz una
visita al veterinario, para que haga una revisión de su estado general,
establezca un calendario de vacunas y desparasitaciones, te ayude a organizar
su dieta, y en general, haga todo lo necesario relacionado con la salud del
perro. Y no olvides que tienes que visitarle periódicamente
- Ejercicio.
Del mismo modo que ha de comer regularmente, el perro ha de
realizar ejercicio regularmente. Trata de ser estable e imponer unos horarios
fijos para ambas cosas. El perro lo agradecerá y te hará la vida más fácil. En
cuanto a la duración de los paseos, la única regla es que cuanto más, mejor.
Posiblemente el perro estará encerrado en casa la mayor parte del día, pero no
está diseñado para la inmovilidad. La falta de ejercicio puede causar problemas
de salud y carácter al animal, por no hablar de que te puede destrozar la casa
por simple aburrimiento.
- Espacio
No todos los perros se adaptan igual a todos los ambientes,
pero hay más margen del que normalmente se cree. Por ejemplo, un perro grande
tipo pastor alemán puede vivir perfectamente en un apartamento no muy grande,
siempre y cuando se lo compenses con un ejercicio regular y adecuado.
- Necesidades.
Cuando el perro ha aprendido a contener sus necesidades y no
ensuciar en casa, el animal se aguantará hasta reventar, antes que manchar el
suelo. No le hagas sufrir innecesariamente. La regularidad de horarios es
importante, de este modo el perro sabrá “cuando le toca” y hasta cuándo debe de
aguantarse. Enseñalé a hacerlo en los lugares adecuados, y recoge sus
deposiciones
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